«EN TAMAULIPAS, MIGRANTES SON VÍCTIMAS DE SECUESTROS Y VIOLACIONES; TIJUANA, SU OPCIÓN MENOS PELIGROSA»

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• Leticia y su familia fueron privados de su libertad, por lo que perdieron su cita para el CBP One.

Leticia llora y con la manos aprietas sus piernas al recordar cuando fue violentada sexualmente por integrantes del cártel del Golfo en Reynosa, Tamaulipas, pues además ocurrió cuando estaba secuestrada junto con su esposo, tres hijos y su hermano.

Ocurrió un mes y medio antes de que el gobierno de Estados Unidos emitiera una alerta advirtiendo que los migrantes que viajan por las carreteras de Reynosa, Tamaulipas, corrían el riesgo de ser víctimas de secuestro.

Hoy Leticia, de 35 años, junto con su familia vive en un albergue de Tijuana, donde solo el director del lugar sabe lo que les sucedió, pues huyen de un grupo del crimen que el 1 de mayo amenazó con quitarle su casa en el Estado de México, como ya lo había hecho con otras.

Días antes habían hecho una cita de asilo a través de la app CBP One, misma que les autorizaron y por eso optaron por dirigirse a Matamoros para cruzar a pie a Brownsville, Texas.

Sin embargo, el 3 de mayo, en el último tramo de su viaje, fueron interceptados por un comando del cártel del Golfo mientras viajaban en un autobús.

«Me dirigía hacia Matamoros, cuando iba pa Reynosa. Ahí me bajaron, el cártel del Golfo», relató Leticia.
Después de ser bajados del autobús, fueron forzados a abordar un vehículo y les colocaron unas pulseras que les permitían pasar libremente ante cualquier autoridad.

«Nos subieron a un taxi y nos dijeron que nos iban a dar unas pulseras para que ya no nos volvieran a parar, y nosotros por miedo cedimos. De hecho no me dejaron bajar mis maletas del autobús, se llevaron todas mis cosas», recordó la madre de familia.
Fueron identificados porque quien les vendió los boletos informó a los narcos que buscaban cruzar a Estados Unidos.

También acusan que la policía tamaulipeca está coludida.

“Me dijeron que era un secuestro y me llevaron a una casa abandonada”, recuerda la migrante mexicana.
Durante los 12 días que estuvieron cautivos, Leticia fue violada y atestiguó cómo otras víctimas en la misma casa de seguridad sufrían esta y otras vejaciones.

«Había una chica de Venezuela”, a la que conoció y con quien llegó a cruzar algunas palabras durante el cautiverio en una casa que parecía abandonada. «De ella sí abusaron muchísimas veces. Ella estaba muy espantada porque igual a su esposo lo golpearon», narró Leticia.

Pagaron el rescate:

Cuando la familia de esta mexiquense pudo reunir los 200 mil pesos que exigían de rescate, fue liberada junto a su familia.

“Ya no pude llegar a mi cita, mi cita era el 8 de mayo”, se lamentó.

Ya no pudieron hacer nada, incluso pasaron unos días en un albergue en Reynosa, pero nadie pudo ayudarles a conseguir de nuevo la cita de asilo.

Secuestrados en Tamaulipas huyen a Tijuana:

Leticia y su familia viajaron a Tijuana, donde les dijeron otros migrantes que era más seguro.

Actualmente, están en un albergue cuya ubicación no se puede revelar por razones de seguridad. Esperan una nueva cita CBP One.

Enrique Lucero, director de Atención al Migrante del Ayuntamiento de Tijuana, comentó que este tipo de casos se están volviendo más comunes.

A esta familia como a otras, les ayudan autoridades a conseguir una nueva cita a través de los agentes de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), pero ha sido inútil, deben volver a aplicar a través de la app.

«Tratamos de apoyarlos con una vía directa con CBP pero lamentablemente fueron rechazados los casos. Estas personas tendrán que volver a hacer su cita de CBP One y pues el consejo ahora es no cambien el puerto de entrada», explicó el funcionario.

Las víctimas pueden presentar denuncias ante la fiscalía tamaulipeca, pero prefieren no hacerlo por miedo a represalias.

«Una chica de Venezuela me contó que cuando salió de ese lugar donde estaba secuestrada, intentó hacer una demanda, y se enteraron esas gentes malas, y fueron con la familia de la persona y pues los golpearon muy fuerte, muy feo», contó Leticia.

Ahora Leticia y su familia están en un albergue, sin lo poco que llevaban, pero sanos y salvos, a la espera de poder tramitar nuevamente su cita para solicitar asilo.

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